Comenzaré por hacer énfasis en que el arte no puede limitarse
sobre todo en pleno siglo XXI, es que acaso todo ya se ha visto o existen
varias técnicas por descubrirse, la era tecnológica vino a revolucionar el arte
y todo lo demás, pero es cierto que debemos remontarnos al pasado para hablar
sobre lo que hoy estamos viviendo, la técnica ha sido desde siempre una parte
fundamental para dar sentido a la obra, pero esto ha ido cambiando con los
años, cada periodo tuvo su contemporaneidad, para ellos diremos que en alguna
época el descubrimiento del óleo fue parte importante para el desarrollo del
quehacer artístico, hoy por otro lado no es que se descarte el
bastidor y el pincel, simplemente que requerimos de otras formas de expresión
para acercarnos más a la sociedad y no ser personas aisladas.
Volviendo a la técnica nuestro mayor referente es sin lugar a
dudas Duchamp el ponderaba de como la técnica podía ser modificada, cuando
compró el porta botellas e indicó “…..resolver un problema artístico sin
recurrir a los medios o procesos habituales…”Esta acción nos transformó
totalmente la perspectiva con que se miraban las cosas, pues un simple objeto,
que nuestras manos no moldearon podría convertirse en una obra de arte,
Dutchamp ya para ese entonces había experimentado muchas técnicas y las había
dominado, de ahí que la técnica en sí paso a un segundo plano para ser el
concepto lo que primara, han existido y seguirán existiendo mucha polémica por
estos temas, pero no deja de ser la idea lo principal en el arte.
Carlos Rojas en sus estéticas caníbales nos habla de la
transformación objetual y nos libera de estas distancias y acercándonos a las
formas, cuando nos explica que existen cuatro categorías: desde la Doble
historicidad, El carácter ontológico de la forma, Formación y forma y por
último desde la Transformación. Haciendo una breve síntesis nos permite adentrarnos
al análisis directo de las formas, de todo lo corpóreo de la obra y como todo
se transformará en su debido momento, por ello nos aclara de los cambios que
sufriría la realidad que tenemos frente a nosotros.
La obra “Mosquitas Muertas” trata justamente de esa
transformación de la técnica, de la utilización de otro método para plasmar la
idea, retorno al bastidor pero con una técnica disímil, adquiere ese nombre
porque será formada por moscas muertas,
creando un nexo entre la palabra la forma y la realidad, una frase que muchas
veces es repetida y algunas otras no muy analizada, un tema muy cotidiano,
quien alguna vez no se comportó como una mosca muerta, o te dijeron “te haces
la mosca muerta”, traigo a la deconstrucción de
palabras muy sencillas, para darle un toque filosófico un análisis más
profundo de una frase muy familiar.
El mundo está lleno de moscas muertas que van por el mundo tratando de ser lo que no son, fingiendo ser buenos, vemos a estas personas en todos los lugares en la política, en lo religioso, en fin en nuestro entorno, la idea es transformar
la técnica bidimensional convencional en algo más corpóreo, donde el objeto
tenga una estrecha relación con lo textual.
Pero lo más importante es presentar una mirada renovadora del campo
estético del arte, una puesta en escena de nuevos referentes que asuman la
realidad como el momento mismo del encuentro situacional y que permite al
artista generar ideas en el mundo simbólico que le rodea, lleno de formas,
donde la obra es protagonista pues las exigencias estéticas de la contemporaneidad
así lo ameritan.
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