lunes, 17 de junio de 2013

DE LA TIERRA SOY Y A MI TIERRA VUELVO
La obra “De la tierra soy y a mi tierra vuelvo” trata sobre los miles de ecuatorianos que migraron al exterior con la finalidad de encontrar un futuro mejor con sueño y esperanzas de progresar económicamente, pero sobre todo encontrar un destino lejos de su país. Estos emigrantes ya radicados en tierra ajena intentan adaptarse a su nueva vida con costumbres diferentes, adquieren bienes, asimilan sus idiomas y dialectos, inclusive su gastronomía se ve coartada por la falta de productos de su tierra, aunque nunca olvidan del todo sus comidas típicas.
El trabajo es duro lo saben -quizás más que en su pueblo pero la vida es cara allá- deben solventar todos sus gastos y enviar lo que sobre a sus familias que viven al otro lado del océano o a cientos de kilómetros de su terruño, han comprado casas pensando que sus historias terminarían en tierras lejanas, pero este sueño se ve truncado tras la crisis económica de Norteamérica y Europa, deciden regresar a su tierra que los vio nacer, no tienen otra opción, con sueños rotos dentro de sus maletas; pero con una luz que indica su norte y es el intentar retomar la vida que dejaron años atrás, volverse a readaptar a sus raíces.
En la obra intento describir el retorno de todos los emigrantes que cargan sus ilusiones y sueños en sus espaldas, este ser lo plasmo con piernas y brazos fuertes como todo el trabajo que dejaron en países extranjeros, sus rodillas casi rosan el suelo evocando el retorno anhelado por los emigrantes
, el rostro andrógino es la fusión de hombres y mujeres, de esta unión surge un nuevo ser que trasforma al híbrido en familia, una raza luchadoras de un país pequeño, pero rico como el colorido policromático con el que lo atavío a esta criatura, es una obra sincretista donde mezclo lo prehispánico con lo ancestral vuelvo a mis raíces, intento rescatar nuestros orígenes para transformarlo en algo propio, una obra ecléctica tomándola como arquetipo de la unión, la fuerza, de dos seres unidos por un solo sentimiento el amor y la lucha constante por conseguir un futuro mejor, una metáfora a la repatriación.

Retorno a lo prehispánico pero establecido en lo moderno o como yo lo llamo  “Contemprehispánico” donde me desligo de los cánones aunque no me desvinculo totalmente de la belleza, más bien ofrezco otras perspectivas, como ya lo hicieran Picasso, Tatlin y Mondrian famosos artistas vanguardistas, pero enfocándome en mis raíces, en mi cultura, en mi tierra, en los pueblos ancestrales con las que me identifico y rescato la identidad que se ha perdido, dejando un mensaje de positividad. Sé de sobra que el artista muchas veces se transforma en un ente de protesta, pero yo por el contrario trato de irradiar lo que nuestro país y mi provincia es: un lugar acogedor, con una cultura multidisplinaria, con vestigios prehispánicos que indican como plasmaban el arte en aquella época precolombina, con parajes exóticos, tierra fértil, un pueblo que respira y vive el arte a cada paso, pero sobre todo llenos de esperanzas y sueños consientes que pisan un país rico  y productivo.